Si tuvieras chance, de repensarme,
Y saber que el infierno de la verdad
Te acosaría todos los días, que tus
Secretos desayunan conmigo, que
Tus miedos, piden abrigo y castigo.
Y si pudieras saber que el desencuentro
Nos une en eternidad, que soy aquella
A quien declaraste la guerra, que no
Te defiendes mejor que nadie, y que
Simplemente tu verdad es tu veneno…
Si acaso te declaraste dormido
Y me perdiste el rastro por desearme
Atada, yo declaro mi cobardía,
A tu combate, y mi cansancio
Por nuestra derrota sin consuelo.
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